¿Alguna vez te has preguntado qué te diferencia del resto de tus colegas nutricionistas? ¿Por qué tu cliente y/o paciente te tiene que elegir a ti y no a otro profesional? ¿Cuál es tu propuesta de valor?
En esta nueva entrada de blog hemos venido a hablar sobre este tema, el valor diferencial y de qué formas podemos crearla.
Qué es un valor diferencial
El término “valor diferencial” está relacionado con la competencia y la propuesta de valor de tu empresa o proyecto. Tanto de tu marca, como de los servicios que ofreces. Y forma parte de la estrategia competitiva que desarrolles.
Es aquello que nuestro paciente y/o cliente está buscando (necesidad, problema o aspiración) y si lo encuentra está dispuesto a pagar por ello.
Tal y como comentamos en este episodio de Ibilbidea, es importante tener muy clara nuestra propuesta de valor, es decir, eso que le ofrecemos a nuestro cliente que va a solucionar su problema. Es el “match” entre lo que yo ofrezco y lo que necesita mi cliente.
Tipos de valor diferencial
¿Por qué deberían comprar y apostar por tu servicio y no el de la competencia? Te lo contamos:
Ser único
Podemos ser los únicos nutricionistas que ofrecemos ese servicio porque nadie antes lo ha vendido en el mercado. Solo tú lo haces y tus clientes te van a comprar por ello. Algunos ejemplos podrían ser El Circo del Sol o el Restaurante El Bulli de Ferrán Adrià
Ser mejor que tus competidores
En este tipo de valor, varios nutricionistas ofrecéis un servicio similar, pero consideras que tú lo haces mejor que tus competidores. Por tanto, tendrías que preguntarte, por qué eres mejor: en metodología de trabajo, en gestión y organización del proyecto, en experiencia, en atención a tu cliente, en individualización del servicio, etc.
Ser mejor en precio
Otro tipo podría ser, ofrecer un servicio similar a la competencia, pero consideras que tus precios son mejores y más competitivos por todo lo que implica tu trabajo.
Comunicación del valor diferencial
Una vez hemos construido y definido cuál es nuestro valor diferencial y propuesta de valor, nuestra estrategia de comunicación y marketing debe ir alrededor de él para que haya coherencia entre todas las acciones que se realicen.
Tenemos que comunicar esa propuesta de valor clara ya que, si no comunicas, no existe. Además, todos tus potenciales clientes tienen que conocerla. Algunos ejemplos podrían ser en la página web, redes sociales, newsletter o dosieres de empresa que envíes.
¡Es tu turno! Coge papel y boli y describe cuál es tu propuesta de valor y qué te diferencia del resto.
Recuerda que el valor diferencial que establezcas dependerá del tipo de servicio que ofrezcas y a quién vaya dirigido, pero es conveniente situarse en uno de ellos. Sobre todo, porque tu esfuerzo como emprendedor será diferente en cada uno de ellos.