Hoy en nuestra sección del blog hablaremos de la gastronomía del El Día de todos los Santos. Concretamente de unos postres dulces y sabrosos que se comen en diferentes partes de España, todos ellos muy fáciles de preparar y de la calabaza.
Entre los postres más comunes se encuentran:
– Los Huesos de santo. Unos mazapanes rellenos en forma de hueso que, tradicionalmente, han estado rellenos de yema pastelera, pero que hoy en día se encuentran rellenos de crema, chocolate, turrón etc.
– Los Buñuelos de viento. Estos dulces se comen durante todo el año, aunque son más típicos en estas fechas. Se trata de una masa frita y azucarada, cuyos principales ingredientes son la harina, mantequilla, leche, aceite y azúcar. Antiguamente no estaban rellenos (de ahí su nombre “de viento”). Sin embargo, a día de hoy se suelen rellenar de nata, crema pastelera o crema de chocolate
– Los Panellets o “Empiñonadas”. Consumidos principalmente en la zona del Levante, son unas masas elaboradas con mazapán y otros ingredientes que van cubiertos de clara de huevo y envueltos de piñones. Estos dulces también se consume en la época de Navidad.
Tanto los huesos de santo como los panellets se tratan de mazapanes cuyos ingredientes principales son almendras, azúcar, agua y huevo. En el post del Día de la Comunidad Valenciana tenéis más información acerca de los mazapanes, sus características y su valor nutricional.
En el caso de padecer alergia al huevo no se aconseja este tipo de postres. Asimismo, si eres alérgico a los frutos secos (almendras o piñones) te recomendamos que los evites o en el caso de las empiñonadas las cubras con chocolate, azúcar glasé, etc.
En general, se tratan de postres energéticos debido al ingrediente principal que es el mazapán, en el caso de los huesos de santo y los panellets, o a la masa frita y azucarada de los buñuelos de viento. Además el relleno de estos dulces aumenta considerablemente su aporte calórico. Por lo que si te encuentras en una situación de pérdida de peso, diabetes o dislipemias sería aconsejado limitar su consumo.
Pero si hay un elemento que sin duda caracteriza estas fechas y que sirve, a su vez, como ornamentación es la Calabaza. Se trata de un fruto, cuya mejor temporada es entre los meses de septiembre a noviembre, rico en fibra, vitamina C, tiamina (vitamina B1) y beta-carotenos. Desde el punto de vista nutricional:
– Tiene gran contenido en agua y aporta pocas calorías y grasas, por lo que es un alimento recomendado para personas que estén llevando a cabo una dieta de pérdida de peso.
– La fibra, tanto soluble como insoluble, nos ayudará a mejorar el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento y colaborando en la protección frente al cáncer de colon.
– El contenido en potasio y su escaso aporte de sodio son idóneos en su relación con la hipertensión.
– Y en cuanto a las vitaminas, destacar que los beta-carotenos se transforman en vitamina A en nuestro organismo, actuando como antioxidante.