Tienes una idea. Quieres salir de la consulta y ofrecer más servicios. Te gustaría poner en marcha un proyecto de educación alimentaria, pero no sabes por donde empezar. Te preguntas cuál es el primer paso para sacar adelante tu proyecto. Cuál es el cronograma de tareas que tengo que seguir.
Es posible que hayas leído estas primeras líneas y te sientas identificada con todas o algunas de las situaciones, a nosotras nos pasa cuando nos sentamos a redactar una nueva actividad. Y es normal, en nuestros estudios nadie nos ha contado la importancia de crear una hoja de ruta para un proyecto de educación alimentaria. Así que te lo vamos a contar nosotras.
¿Qué es la hoja de ruta y para qué sirve?
Se trata de una herramienta de gestión de proyectos que nos va a permitir establecer los objetivos y las acciones concretas para sacarlo adelante. Gracias a ella vamos a poder visualizar mucho mejor cada una de las tareas que iremos realizando y nos permitirá gestionarlo todo con más éxito.
Además, permite que todos los miembros del equipo comprendan el propósito del proyecto, ya que proporciona una visión de las estrategias que se van a utilizar y que todas ellas se cumplan en los plazos, más o menos, previstos.
¿Por qué es importante la hoja de ruta?
Te va a permitir, desde el primer momento, tener definido los objetivos y todas las etapas de tu propuesta de proyecto.
Definirás tu punto de partida y tendrás un cronograma de qué tareas realizar y cuándo realizarlas para hacer tu proyecto realidad.
Se convertirá en tu herramienta de gestión del proyecto para trabajar sobre todo lo que te vamos a contar y presentarle la propuesta a tu cliente o partner.
Cómo definimos la hoja de ruta en Nuttralia
Si quieres empezar a poner en marcha proyectos educativos, coge papel y boli y anota cómo lo estamos haciendo nosotras.
- Definimos cuál es nuestra idea: qué características tiene, cuáles son los objetivos, a quién se la vamos a presentar, qué valor añadido tiene, evaluamos la posible competencia, etc.
- Redactamos un dosier/porfolio que enviaremos a nuestros posibles clientes y/o partners que les pueda interesar. En esta ocasión, no seas demasiado extenso que todavía no te han contratado, así que podrías centrarlo en explicar quién eres, descripción breve del servicio, sus beneficios y objetivos.
- Enviamos, vía email, nuestro porfolio y/o propuesta de proyecto. Recuerda realizar, además, una llamada telefónica para saber que lo han recibido.
- Hacemos un Excel con todas las oportunidades que estamos creando al enviar el proyecto, especificando, entre otros, el nombre del cliente, tipo de propuesta, fecha, estado de la propuesta, el responsable, etc.
- Al mismo tiempo, es importante tener otro documento para ir anotando cómo se va desarrollando esa oportunidad y efectuar un buen seguimiento.
- Si está interesado, ahora es cuando tenemos que redactar de forma más extensa todo el proyecto y acompañarlo del presupuesto.
- Puesta en marcha del proyecto. Nos lo han aceptado y tenemos que desarrollarlo tal y como lo habíamos planeado y soñado.
- Definimos los indicadores para evaluar posteriormente los resultados, si se han alcanzado o no.
- Pediremos reseñas a nuestros clientes sobre la experiencia que han tenido con nosotras y si, además, nos puedes recomendar, mejor.
- ¡Ah! Y no te olvides de hacer la factura para poder cobrar el proyecto que has realizado.
Además de todas etapas que te proponemos, es importante que definas quién va a realizar cada una de ellas, cuándo las vas a realizar y qué tiempo te estableces.
¿Te gustaría aprender a ponerla en práctica? En el Seminario Desarrolla tu propio proyecto de educación alimentaria, te enseñaremos y podrás compartirla con otras compañeras. Porque tener una hoja de ruta con los objetivos, tareas y todas las etapas de tu propuesta de proyecto te ayudará a desarrollar ese nuevo servicio que quieres presentar.